Las ojeras no son más que la alteración de la
coloración de la piel que tenemos debajo de los ojos que se produce por exceso
de melanina y por la dilatación de los capilares próximos a la superficie de la
piel. La piel del contorno de los ojos es 4 veces más fina que la del resto de
la cara, por lo que facilita que se transparente de manera más clara los
colores azulados de los vasos sanguíneos que hay debajo.
Por esto mismo, la piel que tenemos alrededor
de los ojos está mucho más desprotegida frente a los agentes externos como la polución, el tabaco e incluso el
alcohol. Además, a medida que envejecemos, esa zona se vuelve más delgada
debido a la pérdida de elasticidad.
Las ojeras no representan un problema médico
pero son anomalías que tienen un efecto antiestético dado que afean la mirada y
crean la impresión de ojos cansados o de mirada perdida o triste. Se trata de
un problema que lo sufren tanto los hombres como las mujeres.
Existen muchos tipos de tratamientos para
combatir las ojeras, pero además de hacer todo lo posible por eliminarlas
cuando las tenemos, lo mejor es prevenirlas. Para ello, aquí tienes algunos
consejos que son muy fáciles de llevar a cabo y seguro que lo notarás:
- Lo más importante para prevenir las ojeras es
dormir bien por la noche y conseguir que nuestro cuerpo descanse de 7 a 9
horas. Aunque es cierto que el insomnio no es el único responsable de la
aparición de las ojeras, la fatiga ocular puede contribuir.
- También es importante llevar una dieta
saludable ya que ayuda a tener una piel en buenas condiciones proporcionándole
los nutrientes necesarios. Además, reduce la sal para evitar la retención de
líquidos debajo de los ojos.
- Evita la exposición solar excesiva al sol y
protege la piel del contorno de los ojos con un buen protector solar.
- Por último, un consejo que siempre damos a
los niños y que nosotras también debemos tenerlo presente es no frotar la zona
del ojo con las manos aunque sientas picores. El daño que podemos causarnos es
uno de los principales responsables de la aparición de ojeras ya que debilita
la piel y determina que los vasos sanguíneos sean más visibles.
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