Si tu rostro presenta demasiado brillo
y es graso al tacto, o tienes granitos por las zonas de la barbilla y la
frente, además de puntos negros por la nariz, tu tipo de piel es grasa. Como ya
explicamos en una entrada anterior, este tipo de pieles presentan una
coloración grisácea, a menudo provocada por la mala circulación sanguínea, y
suele mostrar un brillo grasiento debido a la actividad de las glándulas
sebáceas.
Tener este tipo de piel puede deberse
a razones hereditarias, pero también aparecer por otras causas como la
utilización de productos inadecuados ya sean cremas o leches demasiado densas o
grasas, o tónicos con alcohol, pues tienen un efecto rebote debido a que en
apariencia elimina la capa de grasa pero después, al excitar las glándulas sebáceas,
vuelve el cutis más grasiento. Otros factores que favorecen a la aparición de
la piel grasa son el exceso de sustancias grasas en las dietas y llevar unos hábitos
de vida desordenados.
Para lograr un rostro libre de brillo,
puntos negros o granitos es imprescindible seguir una rutina para que el
cuidado de nuestra piel sea algo tan importante como lavarnos los dientes. Sólo
de esta forma, nuestra piel siempre estará lista en cualquier momento y podrá
ir eliminando el exceso de grasa.
Uno de los pasos más importantes es la
limpieza de cutis, es recomendable que se realice dos veces al día, mañana y
noche, con un limpiador suave que no contenga aceites para retirar todas las
impurezas que se han acumulado en el rostro mientras se dormía y a lo largo del
día.
La hidratación es otro paso
fundamental para el cuidado de tu piel. Al tratarse de una piel grasienta, es
importante que los productos que usemos sean fluidos sin grasa, de textura gel
o lociones ligeras ya que evitarán que los granitos y exceso de cebo aparezcan
en el rostro.
Dos veces a la semana es
recomendable hacerse una exfoliación del
rostro con productos específicos. También es importante asistir a tu centro de
belleza, al menos una vez al mes, para hacerte un tratamiento facial
profesional y tener tu rostro siempre perfecto.
Además de estos cuidados, evita tocar
el rostro con las manos para tratar de eliminar el exceso de grasa, utiliza
siempre un pañuelito desechable. Un último truco para cuidar tu piel grasa,
duerme con el pelo recogido para que no se pegue a la cara y cambia las sábanas
de la almohada dos veces a la semana para que la grasa del rostro que queda en
las fundas no ensucie los poros y corran riesgo de infección.
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